sábado, octubre 08, 2005

reciclado...

… tus gemidos de placer sonaban cual música en mis oídos. Sin embargo, ni siquiera Beethoven hubiera escrito una melodía tan dulce y maravillosa. Sentía como si el corazón fuera a estallarme en el pecho. La habitación estaba llena de efluvios, de un fragante aroma, de tórrido apremio. Calido. Desesperado. Enloquecedor…


… arrodillados en el centro del lecho nos movíamos de modo rítmico, en un estrecho abrazo, sentía como me acariciabas y me conducías a la más dulce de las locuras. ¡Todo aquello era demasiado bueno! No podía aceptar mucho más sin estallar en llamaradas, con la cabeza despedida de mis hombros. Morir de placer. ¡Una locura! Debía detenerla, pero no me era posible…


… también acariciaba tu espalda y te provocaba pequeños gruñidos de placer. Me asías entre tus muslos mientras ejecutábamos un ritmo más antiguo que el tiempo inmemorial…


… nos tendimos de costado sin saber como, introduje mis manos entre tus piernas y acaricie con suavidad. Arqueaste tu espalda en una repentina explosión liberadora y tu grito, gutural y sonoro, resonó por la habitación tenuemente iluminada. Todo era muy parecido a un sueño…


… unidos por fin, abrazados y jadeantes, nos estrechábamos cada vez con más fuerza. Bajo nuestros cuerpos las sabanas se enredaban y estiraban a medida que proseguía nuestra frenética danza, ansiosa y al parecer interminable, hasta alcanzar niveles insospechados. Viajaba enlazado a través del universo con la criatura mas bella que había conocido, perdido en tu belleza, tu gracia y tu fuerza…


Fin.


P.D. postre reciclado, lo escribi en diciembre 2004... bueno, la verdad yo no lo escribi, lei algo parecido a eso en un libro... y ps... le escribi y le borre... despues lo adapte a una etapa de mi tan genial vida

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